La Sede - Sevilla, Sevilla

Jonatan rodriguez

Un rincón acogedor con cocina simple pero con sabor.

Pedimos de beber Cocktails que estaban ricos pero se podían mejorar.

Pedimos dos tostas de solomillo y una de bacalao y las dos espectaculares. El solomillo jugoso y con un aroma a romero que lo hace delicioso.

Sin duda lo recomiendo para tomar unas tapas.

Beatriz Valdivieso

Bonito local que sirve cerveza helada con hielo alrededor: muy buena idea, la primera vez que veo algo así!! Personal muy atento y simpático. Ubicación en una plaza con encanto y vistas a las “Setas”. Recomiendo sobre todo pedir el solomillo, imprescindible. Así da gusto.

Barbara Hernandez

Nos atendió una chica llamada Munia muy atenta y servicial. Las Tapas son de calidad con muy buenos productos y la presentación muy bonita les recomiendo el lugar y las Tapas sobre todo la tostá de atún roja ,el solomillo, el Salmorejo manolit.

María Albero

Un sitio muy majo para pedirse tapas. Hemos probado la de atún y la bacalao con salmorejo y muy buena. Precio de vermut y cerveza barato 🙂

Jaime R.

Cocina sencilla, sin misterios, carta corta y sin complicaciones el camarero que atiende la barra prepara la comida, en una esquinita tiene los útiles y para la elaboración que necesita es suficiente, personal muy atento, cerveza muy fría , estarás poco tiempo porque tú espalda te invitará a marchar. Local dirigido a los turistas. Precios un poco elevados porque las raciones son muy justas

Loreto Riquelme

Sangría y cerveza muy rica y tapas recomiendo solomillo y chicharrón queso, exquisito todo y buena atención

Alejandra Rivas Millan

Paramos en este local por casualidad y que buena decisión tomamos. Una cerveza extra fría, que se agradece con el clima Sevillano, unas tostas deliciosas (chorizo+sardinas, sardinas ahumadas(la ganadora) solomillo) y muy buena atención.

Lourdes Dalmau Requena

Vi las altas valoraciones de los clientes y me acerqué al lugar con intención de reservar una mesa, cuando vi el local tuve mis dudas ya que era diminuto, con pequeñas mesas altas y taburetes y yo iba acompañada de mis amigos y nuestros hijos (adolescentes de buen comer) 8 en total pero al ver pasar las comandas de otros clientes y el aire que llevaba el camarero con el servicio decidí que no podíamos irnos de allí sin probarlo, Paco nos dió un servicio rápido y con detalles que nos hizo olvidar las limitaciones del espacio. La comida fué un espectáculo para los sentidos, sin grandes pretensiones nos sirvió unas tapas de sencilla ejecución pero de gran calidad en su materia prima. Muy buena relación calidad-precio, Un placer, sin duda lo recomendamos.